27 añitos ya . . .

Quien lo iba a decir, con 27 años ya. Hace doce años que iba a Escuela de Calor. Si, con 15 años mis amigos me hacían pasar el primero al pub para que no les pidieran el carnet. Era el mas grande, bueno, soy el mas grande, pero uno de los mas pequeños del grupo, de ahí que me llamen el pequeñín la gran mayoría de los amigos, la otra parte no me llama.

Tan poco recorrido y que parezca tanto, ya que según la media de vida en España me queda recorrer este tramo unas dos veces más, lo malo es que mis primeros años como que pasaron volando aprendiendo a saber que era esa cosa que tengo entre las piernas y para que sirve, luego otros cuantos años sin gastar esa cosa nada mas que para ir al servicio, para luego descubrir para que se utiliza con gustillo, y luego casarme ...

Aunque para algunos sea aun joven, los que me conocen saben que tengo una forma de pensar desde hace años un poco mas centrada y adulta de lo que corresponde para mi edad, antes más que ahora, porque cada vez me acerco a la edad física que corresponde a mi edad mental. La verdad es que si no me hubiera quedado en el paro, ya tendría una cosa por casa alegrándome un poco más la vida, y no quiero decir que Gafe no lo haga, pero no es lo mismo.

Este año no lo he celebrado, o eso se cree todo el mundo. Para mi la celebración fue hace dos semanas cuando intente que vinieran algunos amigos a comer el domingo una paella. Siempre falla alguno, pero siempre vienen otros que no creías que vendrían. Y eso para mi fue mas que cualquier cumpleaños, ya que me gusta tener a la gente cerca, aunque algunos solo te digan: “Ya quedamos a tomar café algún día”, y ese día nunca llegue. Aunque siempre hay sorpresas, como la visita de mi primo Adria, que vino a casa a felicitarme el cumpleaños.

¿Alguien dijo regalos?, ¿no?, pues lo digo yo. No es que me guste que me hagan regalos pero la Tere me hizo uno bueno, y que me viene bien para complementar nuestro régimen, y así haremos mas que estar en el sofá.


Y como no, Andreu y Sandra me hicieron un regalo, rico, rico, rico.


Seguro que a Arketon le gusta el regalo, ya que él ya lo tiene y ya se lo ha leído.

Y como todos los años, miles de mensajes al móvil sin contestar por falta de dinero, que no estamos para gastar. Un abrazo a todos los que me leen y me han felicitado o por lo menos me han tenido en su mente una vez, un día, de un año.