17 agosto 2011

La Ninja de mi hija


Muchos niños juegan a ser corredores de F1, otros son policías, otros son piratas, exploradores. Normalmente este tipo de roles los ven en la tele, o en los libros, aunque esto últimamente es cada vez más extraño, pero lo asocian a un juego. Mi hija con casi 11 meses le encanta ser ninja, y eso que no tiene ningún libro de ninjas, ni ve ninguna serie en la televisión de ninjas.


Lo de la indumentaria lo lleva mal, y las armas aún las desconoce, pero el espíritu y el sigilo son dos aspectos de los que va sobrada. Ahora que gatea rauda y veloz, y ya se sabe todas las habitaciones de la casa, es fácil que te siga a cualquier sitio. Al principio lloraba un poco y te seguía, pero ahora simplemente te sigue con sigilo para pillarte desprevenido.

Mi mujer estaba un día trabajando en el despacho, hablando con un compañero por teléfono, y cuando se dio cuenta en la pantalla del ordenador le apareció “El PC se está apagando”, miro hacia abajo y allí estaba, la ninja le acababa de dar al botón azul luminoso que hacía que se apagara el ordenador, y en su cara solo se veía una risa de inocencia.

El otro día se acercó hacía el despacho para ver si estaba mi mujer trabajando, como sabía que no había nadie en el despacho, me acerque a ver lo que hacía, y la ninja me sorprendió intentándome cerrar la puerta a mis espaldas.

Y lo peor fue cuando estaba tranquilo en la cocina preparándole la cena a la ninja, yo estaba de espaldas a la puerta, y hacia un momento había escuchado como estaba jugando con su tambor. Cuando me di cuenta estaba todo en silencio y justo a dos pasos oigo un grito seco: “ahhhh”… Me lleve un susto de muerte hasta que me gire y vi a la ninja en mitad de la concina con una sonrisa en su cara enseñando sus seis dientes.

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