19 julio 2011

Primeros pasos en la paternidad


Los dos primeros meses se me pasaron volando. Ayudo bastante el no tener que ir a trabajar. No es una cosa que me alegrara en exceso no tener trabajo, pero por lo menos podía pasar más tiempo con las dos y ayudar en lo que pudiera a Tere. 


Las primeras dificultades a las cuales no nos habíamos enfrentado, fueron los papeleos. Darla de alta en la Seguridad Social, empadronarla, ponerla en el libro de familia, la baja de maternidad, la baja de paternidad (estando sin trabajo)… 

Gracias a las clases de preparación al parto y el tener dos sobrinos por parte de mi hermana, todo lo demás estaba relativamente superado (pañales, dar el pecho, cambiar pañales, bañarla…). Aunque también, por suerte para nosotros, Marta salió muy tranquila por las noches y cuando se despertaba no se ponía a llorar, nos avisaba de que estaba despierta gesticulando un “eehh”, el cual si no le hacíamos caso se hacía más intenso y alargado. Y al darle el pecho Tere, yo en parte solo tenía que acercarle a Marta a la cama para que Tere le diera el pecho, y cambiarle los pañales por la noche, así por lo menos podía ayudar en algo. 

Al mes de paternidad, después de acabar todos los papeles, todo iba muy rodado. Y hasta ahora todo ha sido así. Tras sus casi 11 meses, Marta no ha dado mucha guerra, y solo nos ha ido alegrando con cada cosa que veíamos que hacia nueva, con cada balbuceo o palabra que decía, pero sobre todo con su sonrisa y sus ojazos. Todos los momentos de la paternidad han sido bonitos, desde la primera noche que se puso a llorar y no sabíamos porque, ni como calmarla, hasta el día que veías como cogía algo con la mano y aparentaba interés metiéndoselo en la boca. Incluso la noche que nos pasamos despiertos porque no le bajaba la fiebre y la llevamos a las 6 de la mañana a urgencias, como los días que veíamos que iba en el tacatá como una bala persiguiendo a Gafe, y ahora viéndola gatear a 10 km/h detrás de nosotros para ver que hacemos.

Son muchos los momentos a recordar, su primer papa, si primer mama, cuando empieza a gatear, cuando vuelves del trabajo y va gateando hasta ti porque quiere que la cojas… Y son muchas cosas que quiero guardar para enseñárselas de mayor, como su primer peluche, su primer vestido o camisa de los Rolling Stones, o la de los Ramones… Podría llenar hojas y hojas con todos los momentos que me vienen a la cabeza que me gustaría recordar.

Y ahora que estoy trabajando, no hay cosa que más me guste mencionar que las travesuras de mi hija. Se me cae la baba como a cualquier padre.

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