10 agosto 2011

Cuarenta días…


Después de ver que mis rodillas tienen desgaste por culpa del sobrepeso, que mi tobillo no creo que vuelva a ser el de antes, y que me veía muy poco ágil para jugar con mi hija, me puse en manos de otro endocrino. Otro, porque llevo visitados en mi vida, como unos veinte, y sinceramente, los únicos que valen para hacerte adelgazar son los dietistas.


Me llamaron por teléfono para darme cita, y antes de ir me puse a hacer régimen. Después de estar toda la vida con endocrinos y una dietista, mi nivel de conocimiento sobre dietas es bastante amplio, aunque luego al verme no lo parezca. Conseguí adelgazar unos seis kilos antes de que me viera el médico, con el incentivo de una apuesta con mi mujer. El que adelgazara más en una semana elegía un día con que saltarse el régimen, y el que adelgazara más en un mes tendría cien euros para gastárselos en lo que quisiera. La apuesta de la semana la gano ella, pero la apuesta del mes la gane yo. Aunque la recompensa de ella la disfrutamos los dos, y la mía al final aún no me la he gastado.

Allí estaba en el médico, y sus primeras palabras fueron: “¿Por qué estás aquí?”. Se ve que es un don, porque todos los endocrinos que he visitado son igual de secos y de prepotentes. Pero con este me canse de aguantar y le conteste que estaba ahí porque después de ver a los tres endocrinos anteriores, y de lo único que se preocupaban era de darme un papel de un montón donde había unos mil más, sin preocuparse de nada más que de pesarme y ver si adelgazaba o no. El ultimo médico tubo la sensatez de citarme para verme en seis meses, y cuando fui a la consulta me dijeron que ese día no pasaba consulta porque se había ausentado por motivos personales, y al pedir una cita nueva me dieron para cuatro meses después. Así que le pregunte si eso a él le parecía normal. Después de pensárselo durante unos segundos se excusó diciendo que tenían mucho trabajo, que eran muchos pacientes para muy pocos médicos. A lo que le conteste que yo también tenía mucho trabajo pero no significaba que lo tenía que pagar con quien no tocaba y encima hacer a disgusto mi trabajo. Eso ultimo le cabreo, ya que me dio una hoja con un dibujito que me explicaba que era un by-pass gástrico y me dijo que buscara más información en internet. También me dio una dieta de otro montón más, dándome cita para el dietista y para la farmacia del hospital para darme un tratamiento de batidos.

Así que me fui paseando a buscar al dietista y a la farmacia para pedir cita. Para mi sorpresa en información me pidieron que esperara que viniera el médico para explicarnos a la chica de información y a mí donde estaban ubicadas las nuevas oficinas en el hospital. Desde el principio el médico fue muy amable conmigo, y antes de darme cita para la primera visita, me dijo que para adelantar iba a pesarme y hablar conmigo. Estuvimos más de media hora comentando la situación y que hábitos tendría que tener para perder peso. La verdad es que me quede muy contento de haber hablado con él, ya que el endocrino me había dejado muy mal sabor de boca. La verdad es que disfruto cada quince días cuando voy a verlo y hablo un rato con él.

En la farmacia me dieron cita en tres semanas, justo después de las fiestas de mi pueblo. Aún me dio tiempo a perder otros cuatro kilos, pero justo dos días antes de ir a la farmacia del hospital a por los batidos y que me explicaran de qué se trataba, nos pusimos mi mujer y yo malos del estómago, así que esos dos días nos pasamos con agua y limón, y retortijones de estómago. Y una vez en la farmacia me estuvieron explicando que lo que iba a hacer era un tratamiento de cuarenta y dos días, solo con batidos, dos dulces y uno de verduras al día. Y me dieron una lista con alimentos con los cuales me podía saltar la dieta para saciarme el hambre, pero me recomendaron que no me lo saltara y que intentara pasar sin nada. Así que se me presentaba un futuro sin sólidos, sin cafés, sin cervecita… Pero había que pasar por ello y conseguir mis metas. Me dieron sobres para dieciocho días y fecha para la próxima visita.

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