Eco de 20 más 2

La verdad es que teníamos ganas de que llegara el día de esta ecografía, y que nos llamaran para adelantarnos la hora no fue ningún disgusto. Aunque, teníamos la ecografía a las doce, nos llamaron para que fuéramos a las diez y nos han atendido a las once y media, eso si, disculpándose muchas veces por adelantarnos la hora y luego no llamarnos por el lío que tenían, que eso la verdad es de agradecer, porque a mi nunca me lo habían hecho.

Esta ecografía es más para ver que tiene todos los órganos formados, medir los huesos… Se podría decir que hacen un recuento de todo. Pero por lo que nosotros estábamos mas emocionados de ir a la ecografía era para saber el sexo del bebe. Mi mujer le daba igual que fuera mientras todo estuviera bien, pero yo quería niña. Y con lo borde que soy y lo “puncha” le decía que si era niño me iba a casa de mi madre hasta que cambiara de sexo. Pero en el fondo me daba igual que fuera, mientras todo estuviera bien.

Y ahí estábamos, en la ecografía de las veinte semanas, nerviosos. Tere no veía nada, de normal la ginecóloga hasta que no lo revisa todo y hace su trabajo no gira el monitor para enseñárselo a la madre. Yo soy el que mas disfruto en las ecografías, porque lo veo todo, y la verdad es que me impacto ver el corazón como latía, y ver como movía las manos para taparse la cara. En ese momento solo era yo el que estaba sintiendo esas sensaciones de ver al bebe, y cogí a Tere de la mano para trasmitirle mis sentimientos, que la verdad sigo sin saber como expresarlos. Y cuando nos dijo que era niña la verdad es que Tere estuvo a punto de llorar y yo estaba ya soltando la lagrimita, en ese momento nos miramos los dos, y ahí si pude compartir y ver que Tere estaba sintiendo la misma alegría y emoción que estaba teniendo yo.

La imagen que muestro de la ecografía se ve muy mal, pero se ve que tenían prisa y tampoco le dimos mayor importancia, porque los dos estábamos muy pagados de que fuera niña.