15 septiembre 2009

El cumple de Gafe



El domingo fue el cumpleaños de Gafe, ya tiene un año. Mi Shih Tzu. Gafe fue una de las cosas que mas me animo en el bache que pase cuando me despidieron. Y si, no es que sea muy original poniendo nombres, pero en cierta manera no fui yo el que le puso ese nombre, ya que lo decidió Tere. Muy salada ella dijo: “Puestos atener dos perros en casa que se llamen igual”.

Yo siempre he querido tener un perro en casa, pero hablando la primera vez con Tere de tener un perro cuando tuviéramos casa, me convencieron sus motivos. Ella no quería tener un perro en casa, porque había que enseñarle, y si no estabas en casa para ello, iba a ser difícil el poder darle la atención que se debía tener cuando eran pequeños. Otro de los motivos es que un perro necesita espacio libre y una casa no es que lo sea mucho.

Pero como Tere me vio en el paro, con tiempo libre y deprimido, vino un sábado y me dijo: “Si quieres tenemos un perro, pero tiene que ser hoy, porque si me lo pienso mucho acabare por no querer ninguno”. A mí para estar en una casa siempre me ha hecho gracia tener un teckel (perro salchicha), porque una vez cuidamos durante un fin de semana a un perro de esa raza por hacerle un favor al jefe de Tere, y la verdad es que me gusto mucho. Llamamos a varios sitios, entre ellas algunas tiendas y ninguna tenia esa raza. Nos pasamos por varias tiendas y al final nos gusto la raza shih tzu, y por lo que leí en un libro eran muy cariñosos y pequeños, que era lo que buscábamos para estar en casa.

Después de recorrernos varias tiendas, encontramos un macho en Gandia, por lo que cogimos el coche y fuimos a verlo. Nos sacaron el perro para tocarlo y verlo más de cerca, y conforme nos lo sacaron, le dijimos que no lo volviera a entrar que nos lo quedábamos.

Por todo eso el domingo fue para mi un gran día, aunque el perro no le gusto mucho que le pusiéramos en una habitación llena de globos, pero bueno, quería celebrarlo aunque Gafe no se enterara de lo que se celebrara. Y Tere le compro una vela, pero no supo soplar la. Le cantamos el cumpleaños feliz y le regalamos una pelota, vamos, como si fuera un niño.

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