02 septiembre 2009

El despido

La situación me la venia venir. Mi jefe de aquel entonces no me tragaba desde hacia 4 años y siempre buscaba alguna tontería para llamarme la atención. Y no es una cosa que puede imaginarme yo, ya que la mayoría de compañeros que veían las situaciones, todos, me decían lo mismo. Ya hace tiempo escribí algunas de sus rarezas, así que más o menos ya sabréis como es. Unas dos semanas antes de despedirme me vio mandando una felicitación de cumpleaños a mi compañera de trabajo en mi hora del almuerzo, a lo que me dijo que si me volvía a ver enviando ese tipo de correos a mis compañeros me iba a despedir.

A las dos semanas el viernes me encontré mal y mareado, pedí permiso a mi jefa de departamento de ausentarme del trabajo, a lo que me fui a casa. Por la tarde me llamaron mis compañeros para decirme que habían despedido a dos compañeros más y que iban preguntando por mí en la oficina. El lunes, después de celebrar mi cumpleaños con mi familia me veía con las cosas en la calle, y así fue. Me dijeron que estaba despedido y que podía marcharme, y yo les dije que si les parecía bien iba a acabar el día laboral y así enviar correos de mis cosas pendientes a los compañeros, cosa que no tenía porque hacer ya que el despido era inmediato.

La jefa de departamento fue la que me despidió ya que mi jefe vino a la oficina a decirle que lo hiciera ella y a ultima hora apareció, seguramente pensaba que ya me había ido. Todo era decirme que era por la crisis, que no había dinero, pero yo sabía que estaban aprovechando la situación para quitarse de en medio a la gente que no querían. Ya que para mis adentros pensé que si hubiera sido por dinero hubieran despedido a gente mas nueva, no a uno de los mas veteranos, ya que el finiquito no les salio muy barato. Y por faena no era, ya que les sacaba mas faena de lo que hacían algunos. Y así estuve más de un mes dándole vueltas al asunto y con una depresión de caballo. Pero decidí pasar pagina, y con el apoyo de mi mujer lo pude ir superando.

Lo único que aún me duele fue el ver que mis compañeros a los cuales llevaba obligando ha realizar una cena y regalo a todo aquel que se iba de la empresa, a mi ni me lo plantearon, ni me lo hicieron. Lo único fueron mis compañeros de departamento que para navidad me llamaron para cenar todos juntos.

Aún sigo pasándome por allí y aún siguen echándome de menos, ya no se si lo dirán por compromiso, pero las caras y los abrazos no son de mentira.

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