Sin cerveza no entráis

Después de un año y ocho meses, ya tenemos felpudo. Me costo cuatro meses que Tere comprara uno aunque fuera de los chinos, ya que siempre decía que compraría uno, pero ninguno le gustaba, así que nos pasamos los cuatro primeros meses sin felpudo, cuatro lluviosos meses. Hasta que en el “Currufu” me enfade y le dije que no salia de allí sin un felpudo aunque costara cuatro euros, casi le monte un numerito tipo niño de dos años con pataleta en medio de la gente, pero me veía al de seguridad acompañándome a la puerta. Pero por fin tenemos uno, no es como el de los comecocos de Andreu pero esta divertido.